El Disco: introduccion

Image Introducción  Bleher Discus Volumen 1

 

Ha sido denominado como “Brown scalare”, “Blue Scalare”, “El Aristócrata del Acuario”, “El Cíclido Crestado”, “Pez Pompadour”, “Rey de los Peces”, “Rey del Amazonas”, “Rey del Acuario” entre muchos otros nombres; probablemente se trate del pez tropical de agua dulce más apreciado de todos los tiempos.

 

 

Introducción dal Bleher Discus Volumen 1

 

No existe otro pez sobre la faz de la Tierra sobre el que se haya escrito y publicado tanto, o que haya sido filmado tan a menudo, pintado, o fotografiado, como el Disco. Un flujo trimestral inconcebible de los llamados “Noticiarios del Disco”, “Periódicos del Disco” y “Diarios del Disco”, además de volúmenes semestrales, a menudo en formato libro, y anuales en más de diez idiomas.

 

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Cada año aparece como una docena de nuevos libros sobre el Disco. Nuevos vídeos y CDs – y ahora DVDs también – son prácticamente parte de la vida diaria. Hasta la televisión se ha subido al tren. En 1964, durante mis estudios ictiológicos y mi trabajo en Gulf Fish Farm en Florida, fui invitado a aparecer en uno de los primeros programas profesionales sobre peces de acuario y el Disco. En 1978 se me ofreció la mayor producción alemana sobre el “Rey del Amazonas”. “Expeditionsziel Aquarienfische” (“Expedición Peces de Acuario”) con el “Rey” como la estrella principal, fue traducido a más de 10 idiomas y distribuído por todo el mundo, y esto era sólo el comienzo. Posteriormente, los americanos, japoneses, chinos, brasileños y muchos otros produjeron y distribuyeron películas de televisión sobre el Disco. Durante los últimos 30 años he sido invitado a simposios del Disco en cinco continentes – y se me ofrece dar conferencias sobre el Disco más que sobre ningún otro pez, incluso aunque he estado relacionado con todos los peces de agua dulce y salada desde que tengo memoria. Sobre el Disco se han publicado innumerables artículos en revistas, en más de 40 lenguas. En Corea, no sólo se televisaron mis conferencias al respecto, sino que apareció un “Royal Green” (Verde Real), descubierto por mí, junto a éste,  su humilde servidor, en la portada del diario más popular – en color (véase la página 19). Después, el canal de televisión de San Petersburgo grabó una entrevista conmigo sobre la recolección de Discos y otros peces de acuario que se emitió por toda la antigua Unión Soviética en la navidad de 1990.

En estos momentos hay más clubes y asociaciones por el Disco que por ningún otro grupo de peces. Si se conectara a Internet, en el momento de escribir estas líneas, encontraría más de 11.200.000 sitios web con la palabra clave “Discus”, cada uno con al menos 10 páginas.

¿Qué es lo que tiene el Disco que le ha permitido desbancar a viejos amigos como la Nishikigoi (conocida por nosotros como la Carpa Koi), muy apreciada durante casi 200 años? Y no sólo en su patria, Japón, sino también en otros países asiáticos. ¿Cómo es posible que el Disco haya trepado hasta el primer puesto en sólo unos pocos años en China, con una cultura de la carpa que data de hace más de 2.000 años? También ha suplantado al guppy el “pez de los millones”, famoso durante un siglo entero. Ciertamente, ha desalojado incluso al “Rey del acuario”, el pez ángel (Pterophyllum scalare), desplazándolo al segundo o tercer puesto en sólo unas pocas décadas. No hay duda de que el Disco es hoy el número uno en la escala de deseabilidad (no, por supuesto, en términos de número de ventas, donde el Cardinal Tetra, los Guppys y otros van normalmente por delante).

El Disco ha sido coronado como nuevo “Rey” a lo sumo poco después de la Segunda Guerra Mundial, cuando mi madre organizó la primera exhibición de peces de acuario en las ruinas del zoo de Frankfurt; para cuando fue criado con éxito, e importado en grandes cantidades hacia mediados de los sesenta, ya era tan popular que mi antigua compañía de importación-exportación puso a disposición del público cuatro variedades diferentes de color por primera vez en Wiesbaden durante la Interzoo 1968. A ésta siguieron otras exhibiciones, aunque más reducidas, a menudo en clubes, durante la “semana verde” en Berlín, y en la Interzoo, en los Estados Unidos y en Canadá.

Yo personalmente soy responsable de la primera exhibición internacional de Discos. Sucedió en 1986 en Japón, en donde durante dos días unas 44.000 personas se maravillaron con los acuarios con más de 400 Discos, llenados principalmente con los peces que yo había recogido y los que el doctor Schmidt-Focke crió. A ésta siguió el primer Aquarama en Singapur en 1989 (para el que fui elegido como seleccionador del jurado, esto es, para invitar a jueces competentes; lo mismo para los dos siguientes Aquaramas de 1991 y 1993), y hoy en día casi todos los países asiáticos organizan alguna exposición anual que incluye el juicio de los ejemplares. Desde 1996 se ha celebrado en Alemania el que es hoy por hoy el mayor campeonato mundial de Discos en todo el mundo (de nuevo una sugerencia mía, que el dinámico señor Nobert Zajac ha llevado a la realidad con entusiasmo), y una o dos exhibiciones cada año en países vecinos además de en Estados Unidos y otros lugares. No resulta fácil dar razones concretas para esta casi increíble manía por los Discos, pero la forma poco usual del pez es sin duda uno de sus orígenes. “Discus”, como casi cualquiera sabe, es la palabra (de origen griego/latino) para denominar un disco “de lanzamiento” tal y como se usaba en las competiciones de atletismo de la antigua Grecia.

 Debido a que el pez es algo plano y normalmente redondeado, al naturalista de Mannheim, Johann Jakob Heckel, que trabajó en su clasificación en el Museo de Viena en 1840, le recordaba a un disco (Subdisciformis. “Die Gestalt ist beinahe scheibenförmig,…”). Así que dio a la nueva especie el nombre de discus y la situó en el género monotópico Symphysodon. Ningún otro pez, ya sea de agua dulce o salada, posee esta forma.

En segundo lugar, “Su Majestad” el Disco fascinó a los apasionados de los peces desde un principio con la forma que tiene de moverse. Ningún otro habitante del acuario es tan inherentemente elegante y grácil. También cuenta con sus brillantes colores, que llaman la atención de inmediato, por supuesto, debido a su gran superficie lateral. Incluso así, el hombre no está satisfecho con estos espléndidos colores naturales y ha intentado producir un siempre creciente espectro de razas de colores, hoy en día superado, solamente y por poco, por los carpines. La popularidad del Disco ha aumentado más incluso debido a esta extremada variedad de colores, especialmente en Asia, aunque estas formas tan radicales de color no son del gusto de todos…

Adicionalmente, desde un principio, su elevado precio hizo que fuera muy deseable pero ganó terreno de forma creciente cuando se hizo evidente su compatibilidad con otros peces. El “Aristócrata” se comportaba realmente con nobleza. Podía compartir su espacio con otros peces fácilmente, y no dañaba a ningún compañero de acuario. Los acuaristas habían encontrado un cíclido extraordinario y pacífico.

Por supuesto quedaba aún un factor decisivo: la biología. Por primera vez contábamos con un pez de acuario – un cíclido – que no sólo cuida de su prole sino que también produce una secreción en la piel que sirve de alimento a sus alevines para que crezcan y se desarrollen.

En la actualidad el “Rey del Amazonas” es conocido en todos los rincones del globo, ya sea en Bután, Nueva Zelanda, Filipinas, Arabia Saudita o las islas de Cabo Verde. En algunas ocasiones estos peces han cambiado de manos por 10.000 dólares o más. Algunas personas incluso han vendido su casa para comprar algún Disco particular – perdiendo a su mujer y sus hijos en el proceso. Hoy día, sin embargo, los Discos, incluyendo las formas cultivadas más inusuales, pueden obtenerse por un precio mucho menor, y no siempre es necesario perder la vivienda (las esposas son, quizás, otra cuestión).

Muchos ciudadanos de nuestro planeta consideran al Disco como un símbolo de estatus. Aunque en los años anteriores a la guerra y durante cierto tiempo sólo se conocían los Discos “Marrones” – denominados erróneamente Symphysodon discus en todas partes – durante la década de 1950 fueron los peces más buscados. ¡Cualquier dueño de un “Rey”podía obtener fácilmente miles de dólares por él! Había tal demanda de Discos que mi madre desdeñó los riesgos que implicaba y en 1953 comenzó a realizar expediciones de dos años “en busca del Disco”.

Cuando, durante los sesenta, fui capaz de traer los primeros ejemplares de Royal Blue (Azul Real) de vuelta a Alemania desde la región de Manacapuru (véase página 19), fueron un bombazo internacional inmediato a pesar de que el precio de venta fuera de unos miles de marcos (500 dólares). Posteriormente, durante la década de 1970, el Disco más buscado fue el “Rio Içá” (véase página 19) – sólo me fue posible traer un único ejemplar Rojo, que el doctor Eduard Schmidt-Focke fue el primero en cultivar. Comparé esto con la “máquina de los sueños” de todo hombre, el Ferrari Testa Rossa. Era la forma más buscada de todas (igual que la obra maestra de la época de Enzo Ferrari). No existían “Rojos” entonces (y muy pocos de los “Rojos” de Módena). Pero fue también la década en que se hicieron populares las formas cultivadas de colores sólidos.

 

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Para los ochenta el “Cobalt Blue” (azul Cobalto) ya había sido producido a partir de los “sólidos”, y era el último grito, el nuevo símbolo de estatus. Incluso entonces el Disco Verde con manchas rojas del tamaño de lentejas por todo el cuerpo (Red Spotted Green), que me traje a casa de la región de Coari, ya estaba en su primera puesta en los tanques del doctor Schmidt-Focke. Éstos fueron primero, a través de mi compañía Aquarium Rio, a Hong Kong, y éste fue el principio de un progreso triunfal sin parangón en la historia del Disco. En la actualidad el “Red-Spotted” es el ganador en su categoría, y el Gran Campeón de casi todos los campeonatos.

El principio de los noventa vio el comienzo de la invasión asiática, primero con el Disco “Pigeon Blood” (Sangre de Pichón) seguido por las formas cultivadas como el “Ghost” (Fantasma), “Snakeskin” (Piel de Serpiente), y el “Red-White” (Rojo y Blanco). El espectro de colores no conocía límites.

Hoy día ya no se considera al Disco un símbolo de estatus como tal, sólo algunos ejemplares blancos como la nieve con manchas rojas que han aparecido en escena. Afortunadamente el público está volviendo la espalda a las formas no naturales. Se ha creado un nuevo símbolo de estatus en Asia. Tienen un nuevo “Pez Dios”. En el momento de escribir estas líneas el cíclido llamado “Flower-Horn” (Cuerno de Flor), un híbrido entre dos cíclidos de Sudamérica, protagoniza la escena. ¿Durante cuánto tiempo? (Esperemos que durante mucho, ya que casi todas las formas antinaturales de Discos cultivados provienen de esa zona). Entre los eruditos del Disco todavía es el “Red-Spotted” o el “Red-Spotted Green” el que manda, además de algunas razas selectas de variedades salvajes. Los peces del hábitat natural – capturados – están disponibles hoy día  en mucha menor cantidad que en el pasado. Menos de un uno por ciento de todos los Discos vendidos en todo el mundo proviene del Amazonas. Ya no es rentable para los cablocos – y menos aún para los indios – continuar recolectando Discos (véase el capítulo 5: Recolección). Los costes de transporte han aumentado enormemente y requiere miles de litros de gasóleo o gasolina traer sólo unos pocos especímenes. Además, el cliente puede querer sólo unos cuantos ejemplares selectos; si tienes suerte, uno de cada 500 de los individuos salvajes, en el mejor de los casos. También están las condiciones atmosféricas impredecibles – que han cambiado en el Amazonas tanto como en el resto de lugares. Las predicciones no son de fiar, como nunca lo han sido. En dos de cada tres veces llegas a algún recóndito lugar de recolecta sólo para encontrarte con que el nivel del agua es demasiado alto – incluso aunque se suponga que es la estación seca – y que todo el viaje ha sido sólo un gasto inútil de dinero. Otra circunstancia que poca gente tiene en cuenta: no se pueden encontrar Discos durante nueve de los doce meses del año, menos aún capturarlos. Esto hace que el caboclo sólo pueda alimentar a su familia con la recogida de Discos durante tres meses al año.

La cría en cautividad ha compensado con creces la escasez, y hoy se cría al menos un millón y medio de Discos cada mes en todo el mundo. Sólo en el sur de China la cifra es más de 500.000 al mes.

Sin duda Heckel nunca pudo soñar, cuando vivía en Viena, el tumulto que iba a provocar el nombre que él inventó – y, por supuesto, el descubrimiento original de Natterer – o que el Disco se alzaría hasta el puesto del mejor y más buscado pez de acuario. O que con el paso de los años se descubrirían cientos de formas de color en la naturaleza; descubrimientos en los que he tomado parte, y no pequeña, durante los últimos 40 años. O que tantos de los mejores científicos terminarían tirando la toalla en cuanto a en qué consiste una especie (véase el capítulo 2: Comentarios de taxonomía).

Hoy día el Disco decora guías de teléfono, tarjetas telefónicas (arriba), CDs, tazas, jarras, y placas, relojes, sellos y calendarios. Hay llaveros, broches, brazaletes y collares con el “Rey” en hojalata, bronce, plata, oro e incluso platino. Tallas en madera y pinturas – que ahora alcanzan precios astronómicos; también puede verse el Disco en miles de camisetas, por no mencionar al panda. Por cierto, existe incluso un Disco “Panda” – una variedad cultivada producida por mi amigo, el conocido criador Jack Wattley.

 

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El culto al Disco no conoce límites, y este pez será siempre casi sin dudarlo el número uno siempre que haya acuaristas y entusiastas de los peces. Sólo puede apreciarse realmente la fascinación de este elegante – ciertamente majestuoso – pez si lo has visto en estado salvaje. Tuve oportunidad de verlo así cuando era niño, y esa sensación nunca desaparecerá. Es algo indescriptible, aunque lo intentaré de todos modos en este libro, utilizando numerosas reminiscencias y descripciones detalladas de los biotopos naturales (y las pinturas de las cubiertas). También he tomado como cruzada personal expresar esto al público utilizando acuarios con auténticos biotopos naturales en las exhibiciones de los últimos años (véase el capítulo 9: El Disco salvaje frente a las variedades criadas en cautividad). Como el doctor Eduard Schmidt-Focke dijo allá en 1956, “El Symphysodon discus reúne todas las cualidades deseables en un pez de acuario en una rara armonía de forma y color”. También está la introducción a un artículo posterior, “Discusfieber” (Fiebre por el Disco) (que es además el título elegido por mi viejo amigo Hans J. Mayland, el conocido autor, para un libro de igual nombre, posiblemente uno de los libros de Discos más vendidos de todos los tiempos), que realmente lo resume todo en: “Es increíble que no sea producto de la fértil imaginación de algún acuarista, sino una auténtica realidad”. Eduard estaba citando las palabras de un editor de una revista de acuarios de la época. Era la primavera de 1960, y estaban de pie enfrente de un tanque de exhibición, en el establecimiento Rainbow Aquarium en Chicago, que contenía dos majestuosos Discos Verdes machos adultos, totalmente impasibles ante la multitud que rodeaba su hogar, el ruido, o los cientos de flashes de los fotógrafos de prensa. Se miraban uno a otro, con las agallas y las panzas amarillas. Un verde delicado brillaba sobre sus flancos y espaldas, roto sólo por barras marrón-negro verticales; manchas rojo marronáceo del tamaño de lentejas adornaban la aleta anal de uno, diminutas líneas del mismo color la del otro. Aparte de las pectorales y la cola, las aletas estaban todas bordeadas de rojo…”

También me vienen a la mente las palabras del famoso etnólogo, Harald Schultz, que recolectó Discos durante los cincuenta y principios de los sesenta, y su “florida” descripción del Disco Azul: “El cuerpo es una sinfonía de verde, verde amarillento, amarillo, naranja, rojo, azul y marrón”. O, antes que Schultz, las palabras del doctor W. Ladiges: “El Neón Tetra es una estrella de segunda comparada con el Disco, que es un aristócrata”.

El Disco es una de las más bellas e interesantes criaturas que la región del Amazonas – que no es en modo alguno pobre en formas de vida – ha podido engendrar. Es y será el “Rey del Amazonas” o, mejor aún, el “Rey del acuario”.

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